BCCSEV000XVIII-c--SE-0100p9d0
— de la noche no podian ocultarle las tinieblas, porque siempre estaban patenles sus deméritos al Señor como en la claridad del medio dia. -Sus enemigos la muerte, Y el demonio, lo tenian tan subyugado Como Adovibesec á los selenta Reyes, que cortados pies Y Manos, yacian debajo de su mesa, recogiendo los escasos desperdicios de su plato. ¡Lamentable situacion á que nos redujo la malicia del pecado de una desmedida ingratitud! Entre tanto gemiamos inconsolables con el peso de tantas miserias, porque noO se hallaba ni una sola entre las criaturas, que fuese capaz de re- No lo era alguno de los Angeles, por- que ademas de necesitar ellos la Redencion para su perseverancia, eran muy limitados sus méritos para la satisfaccion de una deuda infinita. No tampoco los hombres, porque siendo todos hijos de ira, y sujetos á la maldicion de la pena, ca- recian de arbitrios aun los mas justos, para sa- tisfacer por los agenos delitos, y aun para ha- cerlo por los propios necesitaban de los méritos de un Redentor que fuese mas que hombre. Ni los sacrificios mas devotos, mi las mas religiosas oblaciones, ni la multitud innumerable de las hos- tias que continuamente se ofrecian á Dios sobre las aras, alcanzaban á redimirnos de aquel mal. Se esperaba la venida de un Medianero tal, que 5 bras mediarnos.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz