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— 614— FRUTO. — Mi Señor Jesucristo me manda que sea man- zo de corazon como su Magestad lo fué, y me promete si lo soy, que poseeré en paz la tier- ra, asi de mi propio corazon, como de su eterna bienaventuranza, no puedo escusarme á obede- cerle, quiero gozar el bien que me promele, y asi elijo desde luego la cruz que se dignare en- viarme, aunque sea la de las persecuciones; y cuando esta fuere, miraré al que persiga con los blandos ojos que David á Semei, y que mi Dios y Redentor al que mas le improperaba. Yo seré en adelante como el hombre que no oye, y có- mo el que no tiene palabras en su boca para re- dargiiir al que lo infama. AFECTOS. Pronta está mi voluntad, Salvador mio, y re- suelto á seguiros mi corazon á los tormentos, y á la misma muerte donde os miro caminar con esa cruz. Vamos, alma mia. vamos á morir con el que muere para darnos vida. ¡Oh muerte dul-
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