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Mk los réprobos al verle, pedirán á los montes que caigan sobre ellos, y los escondan en sus entra- ñas por no mirar su indignado” rostro, como el mismo Señor lo predijo á las devotas hijas de Jerusalen, que al mirarle con la cruz lloraban amargamente. Alli parecerá la cruz que llevó su Magestad al hombro, y en que despues murió, y se dejará ver de todas las tribus y naciones del mundo con llanto y dolor de todas ellas. Y allíél que con su peso fué oprimido, y con su muerte deshonrado, será visto no ya como cor- dero de Dios que vino á quitar los pecados del mundo, sí como juez. y gran Señor, que á la ma- nera de un labrador cuando puestas sus míieses ep la era hace la separacion del grano, y de la paja, la hará él del escogido y precioso grano de los justos para las trojes y mansiones del cielo, y de la desechada paja de los róprobos para las llamas del eterno fuego, Todos ya presentes en aquel universal juicio se hará por el juez supremo Jesucristo el rigoro- so exámen de las conciencias, y procederá á in- timar á los buenos y malos la merecida senten- cia que segun todo el rigor de justicia á cada cual lo pertenece. Para hacerlo asi se valdrá entonces de aquella suprema y absoluta potestad, que en virtud. del sumo sacerdocio, que con la uncion de
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