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dd lamenle ocupaba, lanzado de los cuerpos que (É Fanamente poseia, y desposeido del inicuo domi- hio que tenia sobre las almas. Para este fin de destruir las obras de Satanás vivo al mundo su divino Reparador, para esto se. vistió de la su mejanza de la carne del pecado, y tomó aquella misma humana naturaleza, en que fué por él ven. cido el primer hombre. Era Lucifer aquel fuerte armado, cuyo poder, como dijo Job, no conoce igual sobre la tierra, el cual custodiando arrogante el atrio de su in- fernal casa, que es el mundo, poseia el tenebroso reino del abismo, donde lloran las almas su eterna reprobacion, sia contradiccion alguna; era aquel dragon formidable, que arrojando de su pestilente boca las inmundas aguas del error . y del pecado, pretendia sofocar en ellas la mas. selecta porcion de los justos: y era aquel temible gigante que con el furor de su implacable ódio, se atrevia contra los santos, les hacia continua guerra, y atemori= zaba á las tropas y escuadrones del Señor de los Ejércitos. Pero vino nuestro Señor Jesucristo, que como mas poderoso debilitó sus fuerzas, le arre- baló las armas de la mano, y lo despojó desu tirano dominio: como ángel del gran consejo lo ató, lo encadenó y lo encarceló en el pozo del infierno, para que ya no pueda por sí ni aun
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