BCCSEV000XVIII-c--SE-0100p9d0
— Y — que dispuso para dársela al Señor. 10h maravi- las del poder de Dios! ¡Oh secretos porlentosos de su gran sabiduría! El que no tuvo pecado llevó E por. nosotros el pecado, para que muriendo por M. él quedase muerto el pecado, y nosotros recibié- ne semos la justicia de Dios por este medio. ¡Oh cuanto ' A debo al gran poder, á la bondad y á la justicia 1 de mi Señor Jesucristo! ¡Oh cuántos bienes me ha a | proporcionado con su Cruz! $ Bl y REFLEXION. NE | E UN Si en el madero verde y fructuoso, en el ár- bol verdaderamente de la vida, y en el que es todo el orígen de nuestra felicidad causó tan acer- bos tormentos el pecado, ¿cuáles serán los que ocá- sione en el madero seco, inútil é infructuoso de vn alma pecadora? Si en el unigénito del Padre, en el que es santo por naturaleza, y por esencia impecable, asi fué necesario, que para destruir al pecado consumase toda justicia con padecer el reato de su pena, cómo podremos los demas juslilicar- nos de él sin penitencia y sin dolor? Y si nuestro Señor Jesucristo tuvo por indispensable valerse del instrumento doloroso de su Cruz para vencerlo y arruioarlo, qué otro medio ballaremos los pe-
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz