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o es su gravedady su malicia! ¡Olr alma mía! ¿vó= mo puedes Con el peso de tantas culpas, y como con él ries, te alegras y diviertes, conociendo el estrago que hicieron en tu bumanado Dios y Redentor? Pero ya conozco que todo eso fué ne- cesario. para que yo advirtiese su enormidad, y para que triuofase mi Señor de tan horrible móns- iruo. En efecto, habia Su Magestad venido á re- dimirnos de toda iniquidad, á poner fin al pecado, y acabar con toda culpa: era el Cordero de Dios, que vino á quitar los pecados del mundo: y fué aquel justo por escelencix que como caudillo de su pueblo, levantó en alto el escudo, bandera y divisa de su Cruz contra el pecado para su tota ruina, mas propiamente que levantó Josuésu ban- dera militar contra la ciudad de Hay, para que fuese enteramente destruida. La pesada Cruz que levó por nuestro amor sobre sus hombros, es la gloriosa insignia de su: principado y de su im- perio: es el cetro de su dominacion sobre nosotros: y es el especial blason que nos demuestra “sur divinidad, su horror á la culpa, y su gran pode' contra tan fuerte enemigo. ¡Ah! quien á vista de: esto tendrá ya valor para pecar? Maldita culpa, que tanto le hizo padecer 4 mi. amabilisimo Jesus» y que tanto fué necesario hiciese. para vencerla- y para destruirla!
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