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, | + : . Aida y PP E 84 guenza á un Mufti, 4 un Bracman, á un Bon- zo? ¿Y lo que en las naciones mas apartadas de la fe verdadera no se toleraria contra los ministros de su culto religioso, se permite y aplaude enla católica España? ¡ Ay | Señor O- bispo , ¡triste tiempo! Mas vale que acabemos la conversacion, una vez que ya queda en el lugar que le corresponde la respuesta del in- decente Martinez. Si él quiere meterse á buzo para sacarla de su pestífero fondo, allá se- las haya con los diablos autores de la tragedia. Nosotros somos responsables hasta el corral, á donde enviamos volando y deshechas las hojas de su respuesta : de allí adelante, entiéndase con los follones y malandrines que las apalea- ron, engulleron y digirieron. Sin embargo ad- vierto antes de: concluir, que si al Frayle mer- cenario se le indigestan y avinagran los infor- mes que le he dado á V. sobre una parte de su vida y milagros, puede ofrecerle que cuan- do él declare los nombres, apellidos y circuns- tancias de los informantes de Zaragoza y Hues- ca, sabrá con la misma puntualidad quien soy yo con todos mis pelos y señales; y que desde ahora para entónces le prometo probar y sos- tener en su presencia todo lo que he dicho, con tal que aquellos se presenten delante de V. á mantener sus falsedades. — Amigo, acaba V. de tocar un registro que no nos suena agrada-

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