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68 « arrancase por mano del verdugo. » Admito el desafío, seor compadre, y entienda que sin mas trabajo que presentarle las gazetas de Vallado- lid del tiéipo 'de marras, se quedará mas cor- rido que una mona, y podrá en seguida reque- rir al verdugo que haga su oficio, cómo lo pide, — Pues yo no quiero retos ni desafíos , replicó él Obispo. La Iglesia aborrece el derra- mamiento de sangre, y la lengua del hermano Manuel puede emplearse mejor, implorando la misericordia diyima por:los grandes defectos que ha cometido contra la ley de su Criador y con- tra las criaturas. Vea V., hermano Español, el A É + ye 7 A h E sumo bien que le deseo, y cuán distante me a A hallo de los resentimientos que podrian haber dejado en mi alma sus nuevas y particulares injurias. Créame V., si mo somos misericordio- sos, no alcanzarémos misericordia del Señor. El que no perdona, no será perdonado. Quien 0 no separe primero de su ojo la viga de lagar, no pretenda sacar la paja del ojo de su her- mano. Cuando el justo vive atribulado, se con- El suela previendo los tiempos en que se le ci- ) tará con elogio, aunque esté desterrado y muera encarcelado, 6 entre los mas atroces tórmen-, tos, como sucedió á los santos mártires. Ven- Di drá un dia en que estarán los justos con gran constancia contra. aquellos que les afligieron en la vida; y estos , llenos de una horrible con- Ñ pl ¡ pi AAA $4;

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