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99 « Israel, adorador del verdadero Dios. » Solo cabria en un hombre que se pusiera de propó- sito 4 hacer burla de la verdad y de la Reli- gion, llamar maldiciones á los discursos mo- rales ú homilías que el S.* Auxiliar pronun- ciaba siempre sentado. en su silla, excepto las dos veces mencionadas, y asistido de varios Ca- nónigos 6 Racioneros que le acompañaban re- vestidos de los sagrados ornamentos. Hermano Manuel; ¿¿es el zelo de la honra y gloria de Dios el que le inspira, ó el furor y la malig- nidad infernal del diablo ? Pronuncie el tribu= nal de la Fe entre la doctrina pura y sana del Obispo , y la escandalosa é impia del Frayle. En el fol.* g6, el Obispo, imitando á Jesu- Cristo que saludaba con la paz á sus discípu-= los, y siguiendo al Apóstol S. Pablo que man- daba tener paz con todos los hombres en cuan- to fuera posible, predicaba siempre la paz ver- dadera y el cumplimiento de las obligaciones respectivas de cada uno; asegurando con ver- dad, en obedecimiento de :esta doctrina apos- tólica y divina, que jamas su báculo se revol- veria contra la espada , esto es contra el poder de las potestades seculares ; y que siempre que el sacerdocio observase esta pacifica y egemplar conducta, seria respetado y defendido por el poder de los Príncipes y el acero de sus Gene- rales. Esta doctrina santa, esta hermosa y su-

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