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47 semejantes juramentos ? Si eran injustos , ¿por- qué los hicieron ? Si eran justos, ¿ porqué no los observaron? ¿ Habian variado esencialmen- te las circanstancias ? No. ¿ Habia vuelto el Rey legítimo al trono de sus mayores ? No. ¿ Habia entónces alguna esperanza , política ó moral, bien fundada de que volveria? No. Aun cuan- do hubiese alguna muy debil y remota, ¿ bas- taria esta esperanza para justificar el perjúrio? ¿No seria perjúrio en este caso faltar á la in- vocacion del santo y terrible nombre de Dios, á quien se presenta la promesa como á juez de la verdad? Luego que mediante la reunion de todas las Potencias de Europa, fué derrocado el coloso que la asombraba, y este arrastró en pos de sí á toda su familia, enhorabuena. Cuando las cir. cunstancias cambiaron esencialmente, y volvió al trono el Rey D. Fernando, no ha habido Españoles mas prontos á renovarle la obedien- cia y fidelidad debida ; que los refugiados en Francia. ¿ Pero cuatro ó cinco años ántes? ¿ Cuando empeoraba cada dia el semblante de los negocios miserables de la España? ¿ Cuan= do los tránsfugas á sus sagrados empeños no hacian mas que atizar el fuego de la discor- dia, multiplicar las calamidades de una guer- ra desastrosa, ó codiciar una colocación inde- bida cón perjuicio del interes general de la pa»
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