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27 sion pública de su fe divina, por sys obras vir- tuosas y conformes á la Religion de Jesu-Cris- to , por sus apreciables y voluminosos eseritos , exentos de toda censura teológica, y que han servido y sirven en España para utilidad espi- ritual de los fieles. — ¿Qué contexta á esto el hermano Manuel ? ¿ Niega que el Obispo ha predicado toda su vida la observancia de la Re- ligion pura de Jesu-Cristo? ¿Niega que la ha confesado públicamente en España y en Fran- cia, y á innumerables personas de casi todas las naciones de Europa? ¿Niega que ha visi- tado todas las: poblaciones del extendido arzo- bispado de Zaragoza, confirmando más de cien- to y cinco mil personas entre párvulos y adul- tos? ¿ Que ha habido dias en que ha predica- do cuatro, seis, ocho y mas veces , hasta apu- rar sus fuerzas corporales y exponer su vida ? ¿Niega que ha socorrido á los pobres en todo cuanto ha podido , viviendo siempre pobre; que á todos ha dado egemplos de buena doctrina y egemplar conducta ? Si nada de esto niega, por- que es innegable, ¿ habria un partido mas con- forme á la justicia, á la razon y á la Religion, que decir como en el núm.” antecedente : « Vo « fué ni es mi ánimo incluir al Obispo auxi- « liar en el número de los impios y renega- «dos », y se acabaria el cuento? ¿No era es- to lo que debia esperarse de un hombre honra-