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19 potestad. Mas como en este sentido no lo en- tiende el hermano Manuel, el cual á la yer- dad en esto de Religion entiende poco, y sobre manera poco, como se ve en haberse admira- do del Diligite inimicos vestros, et orate pro perseqguentibus et calumniantibus vos , que ob- servó el Obispo para con él, queda á su car- go acomodar la expresion de la amistad usque ad aras: y pasemos al núm.” 3.2 —= En él se empieza la Apología del Obis- po auxiliar de Zaragoza, y se demuestra con cuarenta años de fatigas apostólicas por Espa- ña, que na merece la nota de embrollon, con la que, como á uno de tantos refugiados en Francia, le calumnia el hermano Manuel, de quien espera se servirá excluirle de su lista ; segun se lo dice en el num.? 4." , ó en el ca- so de haber hablado mal, lo demuestre. — Esto es en substancia lo que contiénen estos dós núm.*: ¿y qué responde el hermano Marti- nez ? — Estas son sus palabras: « El P. San- « tander en sus Sermones, Epístolas y 'opús- « culos habló muy bien : orador mediano, « misionero laborioso y de conducta edifican- « te, buen Capuchino, buen Auxiliar hasta el « año de 1808 , y por mi cuanto se quiera, y « digan otros lo que gusten. » —= ¡Ola! ¿ eso dice el hermano Manuel? — Sí, Señor, á la letra lo dice asi... — Acabóse pues nuestra di-

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