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2Í53 de sus casas y sus haciendas, ¿Quién procura= ba eficazmente-que volvierán al seno de sus familias ? ¿Quién lo conseguia para muchos? ¿ Quién. ..? Pero degémoslo, que ya me fatiga escribir. lo que habia deseado quedase oculto en las manos del Señor , aunque ello hubiera sido público y manifiesto á. todo el mundo. Degémoslo, y nada digamos de los dictados de monstruos, serpentones-, víboras , bárbaros , sibaritas y los demas. Esto no merece mas res- puesta que la de una virtuosa muger, á una vecina , que en la calle pública la insultaba con desvergonzadísimas expresiones ::, quitóse con mansedumbre la mantilla que llevaba en la cabeza , y extendiéndola entre ámbas manos dijo: « Echa, date priesa que hay. poco tiem» po, voy á-la Iglesia á encomendarte á Dios. » Esta accion tan sencilla desarmó enteramente la furia de la vecina que conoció su error, pidió perdon á la otra , y. quedaron amigas. Dése Y, pues buena priesa á regalarme esas flores, ó lo que sean , que en mi capucho hallarán posada todos esog.monstruos , esas viboras, esos serpen- tones, que 4. nadie pican ni muerden sino á los malos. 17. Lo que no. cabrá jamas en mi capucho ni en mimanga , lo que suplico á V.. no vuel- va á decir, es llamar estúpido á José, trapace- ro, impostor y calumniador á Napoleon. Ama»
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