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259 cia de mantenimientos los mercados públicos, Los talleres, cerrados tanto tiempo habia, se fueron poblando de industriosos menestrales , que con la aguja, la lezna, la garlopa , el cuezo y la llana, ganaban virtuosamente el pan y mantenian sus familias. Los comerciantes abrian sus tiendas, y el pueblo hallaba lo que habia menester para vestirse : los tribunales, adornados de ministros íntegros , administra- ban justicia segun las leyes, continuando en su ministerio antes interrumpido , aunque siem- pre necesario para la pública tranquilidad. Te- niendo bien presente el Auxiliar este mandato de S.. Pablo : Cum omnibus hominibus pacem habentes, quantúm fieri potest , procuraba «o- mo ministro. de Dios estar en buena armonía con todos, nacionales y extrangeros; y sacaba el partido de disminuir los gravísimos males que la guerra habia causado, y promover los bienes que la paz nos habia traido. ¡ Nueyo modo y nunca visto ni oido es este de ser tray- dor á la patria ! Mucho habia que decir : con- tentémonos con decir alguna cosa. 14. El Seminario conciliar que durante los sitios se habia volado por una horrible explo- sion de la pólvora que en él estaba almace- nada, nos dejaba sin una casa en que se cria- ban, en virtud y ciencia sacerdotal , los jóve- nes destinados al clericato, y que colocados

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