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15 hubiera empleado en leer el Evangelio, no le habria sorprehendido su observancia. — Pero en todo caso ¿ qué responde al Auxiliar ? — Que haga parafrasis de esta máxima divina: Yo derribo de su altura á los soberbios : yo levan- to á4 los humildes. — El Obispo que la cree fir- memente, que se la habia enviado al herma- no Manuel para enseñarle la santa humildad, reprehenderle su impertinente orgullo, y apear- le de su estilo altanero y furioso, no tiene ne- cesidad de formar parafrasis , que muchas. ye- ces no sirven mas que para embrollar los pre- ceptos mas literales, y las máximas divinas mas terminantes. ¿ Qué mas responde? — « Omi= « tiendo todos los otros textos por ser trivialísi- « mos (dice ), y hendiendo por su enmaraña- « da selva...» — Pero dice mu y mal », llaman- do selva enmarañada á unos textos mas claros que la luz del mediodia. — Elige el siguiente: « El que no haga penitencia de sus culpas pe- « recerá , en el que Dios habla con el Frayle lo mismo que con el Obispo. — Concedo totum ; y aun por eso mismo se le envió el Auxiliar al hermano Manuel, para que hiciera penitencia de las calumnias que ha proferido y estampa- do contra su persona. ¿Se han acabado sus res- puestas á ese núm.” 2.2? — No , hermano Obis- po. Dice que tiene derecho para contextar á una carta de un Señor Obispo, que fué « Após- £