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250 ministrado el santo Sacramento de la Confire macion á mas de ciento y cinco mil personas, párvulos y adultos ,contados no á-la visual mi de por'junto, sino menuda é individualmen- te ? ¿Será impio y renegado un Obispo que despues de administrar en las Iglesias el Sacra- mento de la Confirmación, sale por las casas y los campos á-buscar, hasta en las chozas mas pequeñas y miserables, los pobres enfer- mos, para administrarles en sus cámas el Sacra- mento que-no han podido recibir en la Igle- sia; y queno pocas veces,.con la mitra en la cabeza , las lágrimas en-los ojos, una rodilla en tierra por la estrechez del sitio, y el santo Crisma en la mano, se le conferia á los pár- vulos., que hechos una laceria con las virue- las se acercaban á la muerte , volando luego al. cielo con. aquel aumento de gracia desde los andrajos ó paja en que yacian sobre la tier- va? ¿ Será impio y renegado el que luego so- eorria: á sus pobres padres con algunas pesetas antes de salir de sus miserables habitaciones? ¿Aquel que continuaba con un espíritu infa- tigable en estos y los demas ministerios pasto- rales, hasta que rendidas las fuerzas del cuer- fi caia en desmayos, -.ó se le abria en el pe- cho una grande llaga que daba cuidado á los facultativos ? Vaya Padre, Señor, ó-lo que V. sea, que si me fuera lícito decir con San
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