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241 extraordinarios y bien delicados ; y no me ex plico mas, porque V. parece bastante instruido y podrá entenderme. Pienso ser esto suficiente para que V. se sirva excluirme de la nota de embrollones. Pasemos á otro cargo mucho mas negro y abultado, pero no menos injusto, 5. Bandoleros , reos de robos, saqueos é ina cendios... Con estos colores pinta V. á los Es: pañoles refugiados en Francia » y á mí como uno de ellos. Tenga V. presente la respuesta de nuestro Señor Jesu-Cristo, Dios y Hombre ver: dadero, cuando le dijeron que tenia demonio : Ego, dijo , demonium non habeo, sed honori- fico Patrem: meúm., et vos inhonorastis me y y haga cuenta que: yo sé lo respondo. Cierta= mente no soy ladron, ni jamas robé cosa algu- na. Acabo de decir que en los cuarénta años de mi vida capuchina hacia mis viages apostólicos á pie y sin dinero. Nunca lo tocaron mis mas nos en tan dilatado espacio de tiempo. Yo-sa- bia bien que el tacto físico de la moneda de cobre , plata y oro, no está prohibido á*los hi. jos de San Francisco , como puede tocarse y se toca lícitamente un perol en la cocina, un-cu= bierto en la mesa, y una reliquia adornada de oro,-perlas y diamantes en el altar. Lo que en comun y en particular se les prohibe es la pro- piedad , es 'el uso independiente; y para no llegar tan adelante me quedaba muy atras, na 16

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