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239 Todos los que V. me imputa son falsos; son calumnias atroces, son imposturas manifiestas. Vamos á la prueba, y empecemos por los me- nores. 5. Llama V. á todos los Españoles refugia- dos en Francia embrollones. Soy - uno de: los refugiados ; me lo llama V. á mi. Respondo que aplique V. si puede toda la fuerza de esa voz á cuarenta años que he anunciado el Evange- lio por. muchas provincias de España con una voz clara, con un estilo limpio, con una doc- trina pura, con un zelo infatigable, y con unos efectos prodigiosos. Pregunte Vi. á los Obispos, á los Cabildos catedrales, á los Párrocos y sus feligreses, á los. Religiosos y Religiosas, á las Iglesias; á las plazas, á los campos, y en una palabra á toda criatura, si me han- hallado al- guna vez partidario del embrollo, consejero del embrollo, 6 sumergido en algun embrollo cri- minal. Yo he hablado siempre en público «en Madrid, en Toledo, Segovia , Salamanca, Toro, Valladolid, Burgos, Santander, Valencia, Leon, Astorga, Mondoñedo y varios otros obispados. Ellos responderán de la pureza de mi doctrina y la probidad de mi conducta. Si V. no quiere tomarse el trabajo de viages tan dilatados, como yo los he hecho por anunciar el Evangelio sine saculo, sine pecunia , segun lo encarga el mis- mo ; sufriendo descalzo y casi desnudo frios, , E S A Ñ 1]

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