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see | 220 cabo de una guerra sangrienta , hacen la paz bajo ciertas estipulaciones aceptadas , firmadas, cangeadas y ratificadas, puede el mas ladino aguardar á que el otro despida su egército para embestirle, apoderarse de sus tesoros y cauti. var su persona, pues segun leopinion del P. Callosa , no tenia obligacion de observar nada de cuanto habia firmado. ¿ Qué nueva juris- prudencia es esta ? ¿ Ha perdido V. el juicio? Zaragoza sin murallas , y al principio sin ar- tillería y sin tropas, rechaza y expele á4 sus aguerridos inyasores con inaudito valor. Circun- valada despues tan estrechamente que un solo hombre no podia entrar ni salir de ella ; ata- cada á un tiempo por muchos puntos, y repe- tidas yeces asaltada por numerosos egércitos, vencedores de las Naciones mas poderosas del continente europeo ; viendo con impasible frial- dad el estrago "causado por mas de cincuenta mil balas de cañon, bombas y granadas , li mayor parte de sus edificios destruidos, plazas y calles enteras hundidas , dos cuarteles gene- rales dentro de su recinto, minada y próxima á vólarse la parte que sostienen sus defenso- res, muertos mas de setenta mil indivíduos en- tre soldados , paisanos , mugeres y niños; to- davía no quiere inclinar la inflexible cervizal yugo odioso del agresor. Es menester para que ceda, que el hambre rabiosa y la asoladora peste
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