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219 artes al tiempo de la entrega de la ciudad ? Esta es á la letra la proposicion del P. Callosa. ¡Pobrecito Frayle! no se ha metido en mal ato- lladero. ¿Con que los contratos mas solemnes no producen obligacion alguna ? Disparate ta- maño no se habia dicho hasta ahora. Luego cuantos Gobernadores de plazas fuertes capi- tulan, despues de la resistencia mas gloriosa , no se obligan á observar los pactos y estipula- ciones hechas con el enemigo. Luego los solda- dos y sus gefes que han quedado prisioneros de guerra por la capitulacion, y que ofrecen ba- jo juramento ó palabra de honor que no to- marán las armas en tanto tiempo , y pasarán al pueblo que se les señale hasta su cange, ó que se les declare libres de sus sagrados em- peños, pueden lícitamente faltar á lo prometi- do , asesinar á sus conductores para salvarse de sis manos, y volver á coger las armas contra la misma potencia á quien se habian sometido. Luego cuando dos Generales, despues de una gran batalla, convienen en suspender las hos- tilidades por cierto tiempo determinado, para recoger los heridos , enterrar los muertos ó tra- tar de un ajustamiento definitivo, ninguna obli- gacion media entre ámbos, sino que al momen- to en que el uno. verá al otro cumplir religio- samente lo pactado, podrá acometerle y hacer- le pedazos. Luego cuando dos Soberanos, al
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