BCCSEV000XIX-c--se-0071000000

* 211 sos que pueden ocurrir los propone y resuelve el Santo Doctor con una sabiduria admirable. Vuelvo á encargar á V. la lectura atenta de dicha carta, para que instruyéndose, se desengañe y deje desengañados de su error á esos Señores Obispos, quedando yo gloriosamenté vindica- do de su injusta censura. Alli verá V. que cuañ- do la persecución. va derechamente dirigida contra la persona del Pastor , puede este apar- tarse del peligro, dejando encargado 4 otro pot el tiempo de su ausenciá el cuidado del rebaño, como lo demuestran las indicadas palabras del Evangelio : $ivos perseguuntur in' civitate ista, fugite in aliam. Jesu-Cristo fue en su infañeia personalmente perseguido por Herodes, y un Angel mandó á S. José ausentarse con él Niño y su Madre, y refugiarse en Egipto. S. Atanasio fue perseguido con implacable obstinación por los Árrianos, y huyendo de su furór “sin per- der de vista la grey durante su ausencia; hizo su fuga gloriosa 4 la Iglesia universal, y me- ritoria para sí mismo. La verdad se manifiesta en aquellas palabras : Si vos perseguuntur. Mas cuando la tribulacion €s comun á ovejas y Pastores , entónces, dice el Santo Doctor ei tado, deben estos permanecer cerca del rebaño, correr su misma suerte; resistir al Lobo para que no le deyore, y no abandonárle como co- bardes mercenarios, Si algunos hiciesen lo con-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz