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194 balas clavadas en la pared de enfrente. Durante aquella época tenebrosa cundia el desórden por los pueblos, y se cometian impúnemente las mayores atrocidades. Todos se metian á mandar, nadie se sugetaba á obedecer ; y con el espe- cioso título de defender la patria se saqueaban las casas ; se denostaba y robaba á los hacen. dados , se arrancaba de los brazos de sus padres y esposas á la juventud, se imponian enormes y arbitrarias contribuciones á los lugares,y se daba rienda suelta á los apetitos mas desor. denados. El hablar con franqueza no era per. mitido, y la simple denominacion injuriosa dé traydor, de afrancesado ó gabacho, aplicada malamente al mas patriota y sensato, exponia á sufrir los mas duros tratamientos. ¡ Tiempo de anarquía horrible, en que los bribones, los holgazanes , los rateros, los vengativos, los en vidiosos y los lascivos hallaban á cada paso fa- vorable ocasion de saciar sus pasiones ! Dios solo sabe ( y perdone por su infinita misericor- dia ) el número cierto de las atrocidades co» metidas en España por nacionales y extrangeros, En suma , no presencié los sitios de Zarago- za; pero antes de su rendicion me ví sometido á la dominacion francesa , quedándolo el pueblo de Valdealgorza, que ya he dicho es un barrio de Alcañiz, y esta última ciudad y su castillo habiendo sido tomados por asalto en el mes
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