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.* 192 -la mesa” leccion espiritual, bendicion y gracias, reconeciendo todos en aquellos actos piadosos, que la observancia de la Religion de J. C. rey. ne los ánimos y causa la felicidad de los pue. blos. En el de Mónroyo' se celebró religiosa. mente lo exaltacion del S.*” Hermida al Ministe. rio de Gral y, Justicia : en el de Peñaroya hubo tambien funciones de Iglesia por el mis- mo motivo : últimamente vine. á parar á Val. dealgorza, donde permaneci mas tiempo, y con- trage íntima amistad con su yirtuoso Párroco. En estos santos egercicios ocupé todo aquel año de 1808 y parte del siguiente, por cuya causa. no presencié los desastres y calamidades de los dos sitios de, Zaragoza. No me hallé en ellos ; pero antes que principiasen,, el Cura de Valdealgorza y yo nos vimos extrañamente aco- metidos de ochocientos soldados valencianos de infantería , y véinte y quatro de caballería, que con el Alcalde mayor de "Tortosa, un Es. cribano y el principal Comisionado de la ex- pedicion , vinieron á buscar un tesoro que su- ponian depositado en la bodega , y nos echa- ron de casa, la llenaron de tropa, consumie- ron los cbmestibles, y .no.nos permitieron vol- ver á entrar en ella hasta que se fueron. Lo mas gracioso está en que la tal bodega es de peña viya, y aquellos Miserables aburridos al cabo de barrenarla en yano , y de agugerear pa-

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