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> pastorearlas, Sea pues que le hiciesen fuerza mis reflexiones, -ó que procediera por convic- cion propia , lo ciérto es que me escribió tna, dos, tres y mas veces, mandándome salir á re. cibirle hasta Torija, y señalando el dia de “mi salida , coche y Capellanes para mi acompaña» miento. Púseme en camino al instante, dudan- do sin embargo de que tuviese efecto la veni. da; y habiendo llegado á Daroca ; recibi dos carfas del S.* Arzobispoyp la una remitida por propio desde Záragoza , y la*otra entregada por el Canónigo Martinez , que acababa de recibir. la“por el correo de: Calatayud. En ámbas se me mandaba omitir »el viage si no le habia principiado 5 ó deshacerle desde cualquier pue- blo en que me llegara el aviso. Se me decia tambien en ellas que despachara el coche y acompañantes á Zaragoza, y que yo podria que» darme fuera de la'eapital, trabajando como Obis po auxiliar por los lugares mas pobres, monta ñosos y distantes de la diócesis. Al mismo tiem+ po se me admitia la renuncia del gobierno ecle- siástico qué con repetidas instancias habia so- ligitado. Dejando pues cumplirse los designios de la divina Providencia sobre mi, y obser- vando la preciosa virtud de la obediencia que tantos consuelos ha causado á mi alma ; libre y degsembarazado de la responsabilidad gravisi- ma que lleyan consigo las providencias juris-