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181 « conquistada Zaragoza, y predicando un Ser- « mon que impreso en la gazeta nos ha llega- « do á Valencia, en que elogia el poder del « injusto, del monstruo de los hombres Napo- « leon, y la clemencia de su Mariscal Lannes. « Esta traycion nos espanta , este sacrilegio nos « horroriza ; y pudiendo á penas creer que sea « suyó el discurso impreso que ha venido á « nuestras manos, le pedimos desmienta al que « ha tomado su nombre , ó justifique su con- « ducta, si verdaderamente es suyo y le ha « predicado. » Mi amado P. Definidor, ese parrafito dice mu-. chas cosas, y es menester poner á cada una en su lugar, para no confundir la mentira eon la verdad , el vicio con la virtud. y los efectos de la ignorancia con los frutos de la sabiduria. Primeramente, V. confiesa que el P. Santander ha sido un Religioso edificante : he aqui la primera época de mi vida pública. En segundo lugar dice V., que el mismo Religioso siendo Obispo ha imitado el egemplo de los Prelados mas santos y sabios de nuestra España , dando de limosna 4 los pobres hasta la cubierta de su pobre lecho , despues de haberles dado sus rentas , y desposeídose de las insignias propias de su dignidad, el pectoral y el anillo, y es- cribiendo como aquellos obras utilísimas para predicadores y oyentes : esta es la segunda épo-

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