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176 buen egemplo de sobriedad, de abstinencia, de mortificacion, y á nadie he escandalizado por un lujo contrario á la pobreza de los Apósto- les y de sus primeros sucesores. De este modo han llegado á juntarse en pocos años seis volú- menes en fol.” de providencias útiles tomadas por mí durante la santa visita, que forman en el dia la coleccion mas apreciable de esta espe= cie, y en donde cualquier visitador encontrará énanto necesite saber para el desempeño cabal de su ministerio, y exigir el mas exacto de su parte á los Párrocos y demas Ministros de la Iglesia. Demos mil gracias y la, gloria á Dios, queme ha asistido para. que mi santa visita del arzobispado no haya sido un paseo voluntario y escogido para divertirme, comer, jugar y pa- sar alégremente una.parte del año por los pue- blos mas amenos de la diócesis, dejando en ellos arraigados los desórdenes, 6 empeorándolos con el abandono, la negligencia ó el mal egemplo propio. Nada menos que eso: los pueblos mas infelices, mas montañosos y escondidos , aque- Mos donde nunca habia llegado la presencia de los. Pastores, como un Pitarque , un Montoro, un Arcaine, un Castel-Vispal, un Pomer, y otros muchos de .esta especie, me vieron y hos- pedaron , me oyeron. el Evangelio. eterno de Jesu-Cristo , y se admiraron de mi intrepidez nada comun; y necesaria para llegar hasta ellos.

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