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' 174 vacion de lo bueno, hacer remendar lo roto, y proveer en cada cosa lo necesario. Pilas bay. tismales, confesonarios , libros de coro, sepultu. ras, cementerios, enfin nada quedaba sin una exactísima revista. ¿ Quien no ha admirado la solicitud y vigilancia nuestra sobre el cumpli miento de las cargas de los beneficios, capella. nías, patronatos, memorias de Misas y aniver- sários, encomendados á las Iglesias por los fun. dadóres, y nuestro zelo por que en todas partes se celebren con edificacion y decoro los Oficios divinos? No hemos perdido un punto de vista la conducta moral y las obligaciones de los Ca- pítulos y Párrocos , para aplicar á sus faltas el remedio mas oportuno, ya pronunciando paté. ticas exortaciones á la virtud, ya haciendo amo- nestaciones paternales sobre los defectos averi: guados, ya tomando providencias judiciales $ dándolas de oficio para que quedasen estampa: das en los registros de las parroquias, ya ex- pidiendo reglamentos é instrucciones impresas para que todos tuviesen donde recurrir y na» die dudase en el egercicio de su respectivo mi- nisterio, desde las fórmulas “sencillas y literales de las partidas de "bautismo, de casamiento y de difuntos, hasta el modo de llevar los libros de cuenta y razon, en que habian de constar los cargos, el producto é inversion de las ren- tas, el tiempo y modo de su cobranza, y la li-