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157 dos de falsedades, de calumnias palpables, y de interpretaciones siniestras de sus obras y pa= labras, buenas ó indiferentes : venimos per sal= tum á sorprehender , si podemos, á Vuestra Santidad, callando lo que debiamos decir, y diciendo lo que debiamos callar; dejando á un lado las reglas del santo Evangelio que nos man- da amonestarle antes de sus errores, si nos cons- tare que hubiese incurrido en alguno; y con- traviniendo á las leyes canónicas, respecto á que no solo no ha confesado ni sido conven= cido de delito alguno, y por lo mismo es ino= cente, sino que por el contrario demuestra has- ta la evidencia nuestras equivocaciones, nues- tras miras mundanas, y nuestra maligna hipo- cresía. Mas como su. conducta egemplar, sus obras y palabras cristianas han presentado en todo tiempo el contraste mas chocante con las nuestras, humAdemente pedimos su condena- cion, « ut tanto Ecclesia vulneri guantociós « medeatur, nosque misserrime afflictos atque « jacentes (iniquitatibus nostris oppressos) so- « lari ac sublevare dignetur. » Muy posible es que el Santo Padre les digera que se volviesen á España á pie para hacer unos egercicios espiri= tuales; al hermano Manuel en un convento aus- tero y retirado de su Orden, y 4 los demas en un seminario de Misioneros; que ayunasen todos los viernes á par y agua; que hiciesen cada dia