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152 buena fe, si la teneis : ¿ por donde dirigístejs al Santo Padre esa vuestra absurda relacion? El hermano Manuel dice que la enviásteis 4 Aviñon; y yo digo que lo mismo sabíais yos otros que estaba alli el Papa, como si yo hu- biese discurrido que en Constantinopla ó Pekin, ¿Veíais que alguna Iglesia de España tuviese comunicacion entónces con el Sumo Pontífice? Si vosotros, como todos los demas, ignorábais donde se hallaba, sin embargo de que le diri. glais á ciegas vuestra malhadada carta á Ayi- ñon, ¿cómo podíais hacer un cargo al Amizo- nense de que no se comunicara con él, no re- cibiera sus rescritos , mi obedeciera sus bre= ves, antes de pasar á dispensar en los impe- dimentos de matrimonio, y en otras materias en otros tiempos reservadas? ¿Qué causa pu- do moveros á escribir tantos disparates al San- to Padre? ¿Fué por ventura la caridad de Je- su-Cristo ? No ciertamente : esta virtud indis- pensable para nuestra salvacion, es benigna y paciente, no es envidiosa, ni falsa, ni tergiver- sa el sentido de las cosas buenas ó indiferentes: se acompaña con la fe, vive con la esperanza, se hermana con la justicia, ama la verdad, de- testa la mentira, y no condena á nadie sin con» vencimiento préviosde su delito. Si el Amizo- nense hubiere pecado , amonestárasele segun las formas prescritas en el Evangelio. Mas si
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