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151 ren hablar verdad, todos responderán que el Amizonense tenia en su, poder tres órdenes del Rey José para recoger la mayor parte de lás alhajas de las Iglesias, y que se abstuvo de obe- decerlas, estimando en menos exponerse á la in- dignacion de aquel Soberano , que permitir el menor despojo de los ornamentos y. vasos 5a- grados del Santuario. Estos.actos ilustres, obra- dos á. cientos y á millares, cubrian de gloria entónces al Obispo; ¡y ahora se callan, ahora se afecta ignorarlos, ó-se trata. de acriminarlos con el pretexto de haber sido hechos sin anuen- cia del Santo Padre, como si.no fuera la cari- dad el mayor y más terminante de los precep- tos del Señor, y no debieran: ceder á su ob- servancia todas las-otras prácticas devotas! ¡ Co- mo si en aquel tenebroso tiempo, en que no habia comunicacion alguna con la: Santa Sede, no sabia nadie donde se :hallaba el Papa, y Roma se quedó sin Soberano, sin tribunales y curias, hubiera sido lícito-á los Obispos aban- douar el régimen absoluto de sus ovejas y-de- jarlas perecer, mirando con indiferencia su eter- na condenacion! ¡Miserables «aprendices de la Religion de Jesu-Cristo! ¡Ciegas y supersticio- sas «criaturas, que tachais por vicio lo que es virtud, y quereis cubrir lgs designios de «una ridicula venganza con el especioso y usurpado velo de la gloria de Dios! Respondedme de
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