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147 dad en el suyo, como queda anteriormente de- mostrado. El y los Escritores de la carta latina debieran haber separado de sus ojos bigas enor- mes de lagar, antes de pensar en dar un soplo á la paja que suponian en los del Amizonense. Si él y ellos carecieran de defectos, no hubie- ran aguardado á tirarle piedras, cuando le ven caido y desgraciado. Una conducta tan innoble y baja solo cabía en personas ruines, desposei- das de sentimientos humanos y religiosos. El Obispo ruega por ellos al Señor, reconociendo que necesitan un destello muy eficaz de su gra- cia, para volver al conocimiento de la verdad, Veamos otra calumnia mas entre las innume- rables de que está plagada la dichosa cartaY « Cúm virgines Christi (dice) vagarentur pro- « fuge, destituto suis dotibus et rebus omniz « bus ad usum vite necessariis , idem Ilus- « trissimus intereá exercitus ducibus intimé ad. « modúum et familiariter utebatur, neqgue quod « sciamus ullo modo sacrilegio obstitit. » Es- tos señores veían y criticaban que el Obispo trataba con los Gefes del egército, lo que les parecia mal; y doliéndose al mismo tiempo de las calamidades y despojos que sufrian las per- sonas religiosas, no veian que el Obispo tra- taba con dichos Gefes precisamente para sacar de ellos el mejor partido posible 4 favor de las Monjas dispersas, de los Sacerdotes oprimi- rl ho E kl h

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