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143 quia de Santa Engracia, la cual quedó arrni- nada enteramente durante los sitios. El Auxi- liar, nombrado Obispo de Huesca, no pudo mirar con indiferencia la pérdida de un privi- legio tan antiguo y apreciable; y con el fin de restablecerle, pidió al nuevo Gobernador gene- ral de Aragon, que tenia poderes ilimitados del Rey, la Iglesia y materiales del convento arrui- nado de las Capuchinas, que habian abandona- do las Religiosas y estaba en el territorio de la susodicha parroquia de Santa Engracia. Con- cediósele al Obispo este edificio, y comenzó in- mediatamente á reparar la Iglesia, 4 limpiarla y asearla , poniendo altares, y trayendo ¿imá- genes de Santos, vasos sagrados y ornamentos. Bendíjose -luego con toda solemnidad; se prin- cipió á celebrar en ella el santo Sacrificio de la Misa, y se hizo un devoto novenario á N.* Sa del Cármen , predicando casi todos los dias el Amizonense á un concurso de fieles €o- piosísimo. Asistieron á estas solemnidades reli- giosas muchos Prebendados del Cabildo cate= dral de. Huesca, que veían con gusto el zelo de su-nuevo Prelado por la conservacion de aquel derecho de su diócesis, y la generosidad con que habia expendido en dichas obras más de:mil y quinientos duros. Todavía insistirán sin embargo los señores representantes en de- cir, que nada de esto oyeron , ni supieron,

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