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132 tos, y presentando la verdad al Santo Padre, hubieran quedado mas corridos que el ridicua lus mus de la fábula. Faparon maliciolkamente la verdad, y profirieron torpemente la men- tira. Con efecto, mentira es tambien que el Auxiliar hubiese dicho 4 los Comisionados del Cabildo de Huesca, cuando vinieron á hablarle; « Eia, inquit, juvenilis ardor vos abripit, ut « zelum .existimetis preeposteram repugnan- « tiám.» El Obispo les recibió con la mayor atencion y úrbanidad, venerando su "virtud, su literatura y prudencia : el Obispo propuso que se formara una Junta de Canonistas para dis- cútir aquel punto, verdaderamente grave y nuevo : el Obispo tuvo el consuelo de que adoptasen y proclamasen su propuésta como acertada y juiciosa; y el Obispo enfin presen- ció la Junta, en donde se guardó la debida mo- deracion, sin embargo de haber sido diferentes las opiniones. Otra mentira de bulto profieren los señores Escritores ó el Escritor latino de la carta al Papa, para cuya demostracion apelo á los respetables Comisionados que concurrieron á la Junta, y aun al mismo hermano Manuel que expresa los nombres de los dos Canonistas elegidos por el Obispo. Dicen asi los susodi- chos Escritor ó Escritores : « Pro Ecclesia Os- « censi Metropoleos Doctorales vocati sunt: « Amizonensis adhibuit amicum suum Docto-