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123 un refresco abundante; y todo esto se calla ó desfigura , asegurando, de propósito y con im- pudente falsedad, para irritar á la Nacion, que se entregaron al nuevo Obispo dos hermosos cofres llenos de cosas preciosas del espolio del S:* Cutanda. Si hay algun sacerdote ó- secu- lar en Huesca ó fuera de Huesca, que en pre- sencid'ó en ausencia del Obispo se atreva á pro- ferir uma proposicion tan agena de verdad, es- te le dice desde-ahora para entónces, mentiris impudentissime. Cualquiera que lo hubiesé su- gerido al Frayle, si él no es el inventor de una especie tan odiosa y absurda, es un famoso -ca- lumniador. Entienda tambien el hermano Mar- tinez- quees una falsedad notoria el' aserto de haber hecho el Obispo , pocos meses despues, una visita en las parroquias inmediatas á Hues- ca con la escolta de setecientos ú ochocientos hombres, y haberse traido á Zaragoza seis mil duros cobrados pastoralmente. Miente el Frayle y cuantos le hayan informado de tamaños. ab- surdos. Parece que la paciencia de Job se tur- bara, si le. hubieran imputado tales crímenes. ¿ Qualis est enim , diria, fortitudo mea ut sústineam? ¿Aut quis finis meus ut patienter agam? Nec fortitudo lapidum fortitudo mea, nec caro mea «nea est.... Absit a me ut jus- tos. vos esse judicem. No tendrá el Obispo por justos á los que inventen, impriman y circulen

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