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119 al fol.?> 171, es con un artificio no menos ma- licioso que la ocultación precedente. Los Co- misionados admitieron con sumo placer esta prudente proposicion del Obispo.,-y se nom- braron de conformidad cuatro sugetos, dos por cada parte, para que en presencia de todos se diseutiese el asunto. El dictámen de los Caño= nistas nombrados por*el Obispo era que se obedeciese á- la letra la órden del Rey, los ele- gidos por los Comisionados decian que no se podia llevar á egecucion. Cada uno alegó libre- mente sus razones, y el Obispo electo no dijo jamas lo que indignamente le atribuye el her- mano Manuel, esto es, « que de todos. modos « queria tomar la posesion. ...., que se le ha- « bia nombrado Obispo, y todo debia dejársele « expedito. » Ninguno de los presentes pudo oir semejantes expresiones, antes bien el. pár- ticular silencio que en aquellas circunstancias observó el Auxiliar, lo declara y confiesa hasta el mismo Martinez al fol.* 172, contradiciéndo- se á si mismo : Mendaces sunt filii hominum in stateris. En vista de la discordancia. de los Canonistas, acudieron los Comisionados con una representacion al General en gefe, el cual les mandó levar á.debido efecto las disposiciones del Rey; supuesto que ellos mismos decian en dicho escrito con terminantes palabras, que en semejantes. casos no solo: permiten sino que OR v A 4 " rd 4 % ” 5 y Me a 14
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