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117 dichosos se celebraron en España. Tal vez al- go mas adelante se hubiera cumplido este de- seo con gran gloria y prez de la hermosa Igle- sia española, cuya santidad y pureza de doc- trina fuera tan justamente celebrada. en vida de los Leandros, Ysidoros, Braulios é Ildefon- sos. Por desgracia este seguro y único recurso fué constantemente impracticable : no quedaba otro que el mencionado de tomar. posesion con protexta, y recibir la jurisdiccion' del Cabildo catedral. El Auxiliar consultó este caso con el mas antiguo de los dos únicos Obispos compro- vinciales que no habian emigrado, y se le.res- pondió, que podia estar tan seguro en con- ciencia. como si ya hubiera recibido la confir- macion de Roma : porque la jurisdiccion era legítima , como «cedida por quien legítimamente la. egercia que era el Cabildo, y las rentas las transmitia su verdadero dueño que era el Rey. Aquel, Señor Obispo, era un Prelado respetable por su sabiduría; y larga experien- cia, y habia vivido muchos años en Roma. Ultimamente los Ministros y Consejeros de Jo” sé no hallaron, á lo que parece, un medio mas oportuno para proveer las Iglesias catedrales vacantes de Pastores legítinros, para dar 4.es - tos alimentos, y asegurar las providencias ju- risdiccionales en su gobierno, Conducido por estos principios nombró José

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