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109 plos y personas eclesiásticas de aquella provin- cia, como lo ha dicho otras veces. Si el her- mano Manuel, faltando á4 la verdad, ha dicho, escrito ó impreso lo contrario, su conciencia y su Dios le juzgarán. Por ahora basta lo dicho. Mas antes de retirarnos, dígame V., hermano Español , ¿de donde le ha venido á V. ese texyo de David que parece algo extraordina= rio? — Le traigo por eso mismo «que parece extraordinario. Al fraylecito no le gustan los textos graves y macizos que V.“le oponé : los llama trivialísimos y rompe por ellos, como quien hiende por entre un espeso matorral. Es- te no es de los triviales, y le he proferido con veneracion y respeto , como palabra de «Dios proferida por David contra sus enemigos. Mu- chos pudiera añadir de la misma elase, que vendrian al caso; pero me contentaré con un par de ellos que sostengan nuestras esperanzas y confundan á nuestros detractores. Huultavit cor meum in Domino, et exaltatum est cornu meum in Deo meo.... Dominus judicabit fin nes terre, et dabit imperium regi suo, el su- blimabit cornu Christi sui. Déjeme V+. Señor Obispo , cantar como cantaba cón estas mismas palabras la buena profetisa Ana el triunfo de la. virtud contra el vicio, de la verdad cóntra la mentira, y de Cristo contra Belial. Buenas noches, Señor Obispo, hasta mañana. — A Dios; amigo, duerma V. tranquilamente.
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