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. 89 « tra conducta, y aun alegar derechos á vues- « tros anteriores y honoríficos destinos (“tam= « bien el S.** Santander envió la suya, y muy « linda por cierto )....5* ¿Quien al leer estas palabras no «entenderá lo que literal y termi- nantemente dicen : esto es, que los refugiados en Francia infestaban la corte con cartas y em- peños, alegando derechos á sus anteriores , ho- noríficos destinos? ¿Quien dudará de que el Obispo auxiliar, habiendo enviado tambien la suya, y por cierto muy linda, no se dirigia al mismo fin de alegar derechos á sus anteriores destinos? Pues entienda todo el mundo que solo un calumniador osado, una pluma venal y corrompida, pudiera pensarlo ú-estribirlo. El hermano Manuel habia leido la carta del Au= xiliar, en que hacia universal renuncia de todas las condecoraciones y dignidades: eclesiásticas á que habia sido elevado, ineluso el auxiliarato de Zaragoza; ¡y sinembargo tiene valor para contarle entre los que escribian alegando de- rechos á sus anteriores, honoríficos destinos! ¡ Dios inmortal! ¿De tanta impudencia es ca- pá un hombre que hace profesion de religio= so? El ha leido la carta del Auxiliar; todavía dice, que está muy linda : él ha visto y leido su universal renuncia, y: faltando descaradamente á la verdad conocida, pecando contra el Espí ritu Santo, y contradiciendo su misma concien-