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La repetición del trueno Los corazones embarga, Y entre el zumbido del viento Y las corrientes del agua Todo ruido se pierde, Todas las luces se apagan, Los serenos no se oyen, Los centinelas se callan. Y en temeroso silencio Sevilla yace hasta el alba. Solamente un religioso . De poblada y blanca barba, Acompañado de un joven, Presuroso caminaba. Aquí tropieza y se hiere Los pies, pues descalzo marcha; Allá se resbala y cae; Más adelante se encharca, Y el invicto religioso No se acobarda por nada: Con el capucho calado El aguacero aguantaba, Y en su báculo apoyado - Firme prosigue su marcha... Dejadlo! porque el amor De Dios, que su pecho abrasa Lo lleva. á la cabecera De una piadosa cristiana . Que en el lecho del dolor : Agonizante se halla. ! Son las doce: sigue el viento *