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ee - En plegarias y suspiros Ocupada en tu memoria Que consuela mis pesares. Y desde mi pobre lecho Sin dormir ni un solo instante, Enamorada mi alma Va al Sagrario á visitarte. ¿Por qué noiré con el cuerpo, Si tu corazón amante. Yo siento, sin saber cómo, Que no cesa de llamarme? No más pereza, ¡Bien mío! A ¡No más! voy á levantarme; y Voy donde tu amor me llama A contemplar tus bondades.» 3 Esto dijo desvelada Sor Rosaura, y al instante, Dejando la dura cama, Bajó al pié de los altares. En la iglesia del convento Por ventanas ojivales, La pálida luna entraba Al interior de la nave. Todo era paz y silencio; Todo soledad amable Que á la oración convidaba Libre ya el alma de afanes. Ante el'Sagrario se postra ' Humilde, y con tiernos ayes Ardiente allí se deshace « ¡Qué dicha, Jesús decía,