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202 Raínmudo ¿Cuándo, cuándo, mi Dios, llegará el día que sonando tu voz, dulce á mi oido, diga al alma; ven presto, amiga mía, que el invierno es pasado, ya se ha ido, ya la lluvia cesóy la escarc ha fría; ven que ya nue stra tierra ha florecido? ¡oh mi Dios! pase pronto lo que pasa | y amanezca ese día por mi casa. Conrado ¿Cuál será, oh Raimundo, la hermosura , de esa noble ciudad, de Dios morada, Jerusalén celeste, de luz pura, de oro fino y diamantes fabricada? el Cordero es la luz que allí fulgura, con sus fayos la dicha va mezclada, y esos rayos difunden por doquiera una vida, que es vida verdadera. SS o o a Rawmundo ¡Oh caro objeto de mi sed ardiente! ¡sacra morada del divino Esposo! ¡oh regalo que da el Omnipotente! ¡Manjar sin hastío, y muy sabroso! ¡santísinya ciudad! ¡Sión viviente! dáme entrada en tu seno delicioso. 1Oh mi Dios! pase pronto lo que pasa, y amanezca yo un día por tu casa.
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