BCCSEV000CAPC-AVA-001-0100000

159 responde: Estaba llorando mi triste sitiación. Siendo yo robusto joven, dejéá mi madre querida, por defender con la vida mi Patria y mi Religión. Volví sin el pie derecho, y aunque me encontré sin padre, mientras me vivió mi madre, tuvo alivio mi aflicción. Pero murió; y ahora triste sumido en dolor profundo, me encuentro solo en el mundo, pobre y solo, cual me ven: sin el calor de una madre ni el consuelo de una hermana, porque la muerte inhumana me la arrebató también. —No llore usted: Pobrecito! Aun le quedan las tres cosas: Padre, Madre y cariñosas hermanas.— Ay, que ya no! —Sí que tiene las tres cosas; mire que Dios es su Padre, la Virgen pura su Madre... —Y mi hermanita? —Pues yo! Deje, deje esta cabaña, deje su lúgubre canto, venga á nuestro Asilo santo, que nada le faltará;

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz