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12 — Yo tambien nací en tierra deliciosa; Tuve mi infancia de consuelos llena; Pasé mi juventud, y... oh dura penal! Hoy me encuentro, cual tú, junto á la fosa. Ay! nos cupo á los dos la misma suerte!... Y con tanta verdad presenta el paralelismo. que el alma queda saboreando el pensamiento, con la repeti- ción de su lectura. En las glosas no está menos feliz nuestro yate. To- das ellas están llenas del mas puro ascetismo; pero en la primera A uN aLMa, le habla como quien ha gustado las amarguras del mundo y las dulzuras del claustro. Dichosa, si te retiras De ese mundo engañador! El mismo espíritu reina en la glosa de esta senten- cia evangélica: Al momentáneo reir Sigue un eterno llorar, Y al pasajero sufrir s Un sempiterno gozar. Pero la mas ingeniosa en el fondo y en la forma es la que va despues A LA POBREZA SERÁFICA, COMO Ppue- de verse en esta preciosa cuarteta que le sirve de pié y fundamento: Si á ser pobre me acomodo, Tendré riqueza sobrada: Pues, cuando no quiero nada, : Entonces me sobra todo. Los pensamientos son verdaderos pensamientos, quie- ro decir, verdaderas flores de purisima esencia, que no sabe uno cual es la mas delicada ni mas fragante. Tarea larga seria querer señalar con el dedo todos los primores que hemos hallado en esos pensamientos, y ademas de'larga, innecesaria, porquese hallan tan d .
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