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K EEN se 121 Miraba la estructura de la montaña, que atrevida sube á confundir su altura con la parduzca nube; escuchaba el rumor grato y siave del viento, que llevaba entre sus alas el cántico del ave, y el alegre chalar de las zagalas; Por el bosque frondoso tendía placentera la mirada, gozando de su aspecto delicioso, y siempre concluía: Más hermosa eres tú, Pastora mía. Pésando en tus amores me dormía dormido te llamaba, y en mis gratos ensueños, siempre me despertaba el rumor de los besos halagiieños que en mi frente de niño tu amor depositaba con maternal cariño, mientras yo embelesado repetía: Más hermosa eres tú, Pastora míal Oh días venturosos, donde estais? Oh tiempos juveniles, oh floridos abriles, decidme, donde andais? Pasaron como sombra aquellos días, y con ellos pasaron —— nr A pa e 4 Je de A á A

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