BCCSEV000CAPC-AVA-001-0100000

O a o 116 y aliméntala con flores de virtud en este valle de lágrimas y dolores. Tu belleza encantadora nos trasporta de alegría, tu beldad nos enamora, tuyos somos, Virgen pía, Ea, pues, tuyos, Señora. En el día del juicio ponnos contigo á la diestra, dándonos seguro indicio de tener al Juez propicio, siendo la Abogada nuestra. Y aunque el Juez se muestre airado con severidad y enojos, porque al fin hemos pecado; aunque esté muy enojado, vuelve á nosotros tus 0J0s. : Que si al infeliz. mortal miran tus ojos piadosos con cariño maternal, el Juez y su tribunal serán mtisertcordiosos. Así obtendremos victoria, se enmendará nuestro yerro, y será cosa notoria ir á gozar de la gloria después de aqueste destierro. La cruz que es aquí pesada, con gloria de eterna luz será allí galardonada,

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz