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IIISI Ol( IA 1)1 1 IJ~ 111 ~ 1 111 1 1 1 11! IIINOS lll' I.A l'IW VIN( 'I t>l'I SMIIIAIHl e 011, ON 1>1 11 Sl " 1>1• ( AS lll t A HD La Legíón de María comenzó a funcio nar a poco ele ser ina ugu rndo d 1c1nplo de La Sagrada Famjla, e l 1 de mayo de 1963. E n este mismo día sur g1:1n los Cursillos de Cristiandad e n la zona. Ya e n 1946, la Acción Católica, mediante un grupo de jóvenes, rc pn.:– " .:ntaba obras de teatro y celebraban la festividad de San José, patro no de l Ba rrio. Esta organización vivió sus mejores mome ntos a partir de la inau– guración de l templo de La Sagrada Familia en 1963. Desde 1939, La Albericia la atendió espiritualmente e l sacerdote D. Va– lcntín Torre, natural de este Barrio. Aunque había antes una capilla, ésta resulta insuficiente y se toma la de– cisión de construir un nuevo templo. La Comisión de Obras de l Ayu11ta- 111iento de Santander autoriza la construcción del mismo e l 5 de abril de 1960. 1:1 terreno sobre el que se construirá la iglesia y la casa rectoral iba a ser de propiedad municipal. La primera piedra la pone monseñor José Eguino y Trccu, el domingo 9 de a bril de 1961. El 21 de febrero de 1962 se cubre el tejado poniéndose, como e cos– tumbre, el ramo sobre la torre. El nuevo templo se bendijo el 1 ele mayo cJ • 1963. D. Isidro Rojo Calvo, sacerdote de la diócesis de Santander, será e l c111 n párroco durante muchos años. Estará allí hasta 1994, año en el que llegan los capuchinos,hermanos Mariano Castelani García y Ellas Martín Ocasar; 111ás ta rde se sumará e l he rmano Eusebio Yillanueva Sardina. D. Isidro deja la parroquia en abril de 1994, día de Miércoles Santo. se día llegan Ellas y Mariano procedentes del convento de Monteha no ( an– tabria). Comenzaron a servir esta parroquia después de estar seis meses en Montehano, mje ntras hablaban con el Obispado de Santander, e l cua l se les o freció con mucha amabilidad todo tipo de parroquias tanto rurales como tic ciudad. Cuando llegaron era un barrio de componente rural, semiurbano y con un grupo étnico gitano, que no era numeroso pero sí bastante de te rminante e n la vida del barrio por su vivencia de gue to. La elección de la parroquia se hizo, con permiso del Definitorio de la Pro– vincia, terue ndo e n mente que deseaban trabajar entre personas de me nos brillos social, estar un poco más pegados a ellos que lo que pe rmite un con– vento. Esta presencia capuchina la forma un complejo que incluye ca a parro– q uial (primer piso), en e l bajo está el salón parroquial y, a un lacio de l mismo, e l despacho desde el que se accede a un jardín de la parroquia qu<.: comunica a su vez con la iglesia. La iglesia la forma un be llo espacio, sin columnas, con grandes cristal<.:– ras, con mucha luz, cr1 paz de a lbe rga r muchas plantas. Es de destacar 1 risto que cubr · 1 ,111 n purt · d •I fro 11La l de l presbite rio, obra de l gra n es ul to r cántabro J ''1\IN ( 11•111