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818 JI.MIS I UCAS ROl)RÍ(ll JJ / (1 1(( 1\ Se describió al convento como " uno de los mejores que tiene la Provin– cia de Castilla". La iglesia, de regulares proporciones, contaba con una nave central y ca– pillas laterales espaciosas e independientes como aún se pueden ver hoy. Su huerta e ra buena, con muchos árboles; conserva todavía la pared. Re– cogían el agua de lluvia en pozos y regaban la huerta mediante una noria. También tenían un gran aljibe en el patio del convento a donde iba a parar el agua de todos los tejados. E l aljibe del pozo tenia 18 varas, dividido en tres cuerpos: el primero de forma cuadrada tenía 12 varas; el segundo de forma de media na ranja tenía cuatro; y el tercero, de fo rma redondeada, constituía el pocillo y medía 2 varas. AJ bajar el agua por los canalones, antes de lle– gar al aljibe, las aguas pasaban por una especie de fil tro de arena. Cuando este aljibe estaba lleno, iba el sobrante, mediante conductos, al depósito de la hue rta. E l convento se sigue llamando de " los capuchinos" y una calle que parte del centro de la ciudad hasta allí se llama: "calle de los capuchinos". El P. Bernardino de Quintanar, primer Provincial de Castilla, que go– bernó hasta 1621, fue un excelente predicador y fue el responsable de la fun– dación del convento de Toro (también de los de Cubas, Málaga y Jaén). Felipe III dio a los capuchinos permiso para la fundación de 36 conven– tos el 10 de marzo de 1616; en virtud de este permiso se hizo el convento de Toro. Los donados tenían casita aparte. E n el convento de Toro se ha conser– vado también dicha casa. Antes de la división de la Provincia, debido a las grandes distancias, en– tre las Provincias de Castilla y Andalucía, el convento de Toro fue noviciado (también lo fueron los conventos de San Antonio del Prado, Toledo, El Pardo, Alcalá, Salamanca y La Paciencia). La Paciencia será noviciado desde 1640 a 1663; a partir de 1663 quedarán como noviciados definitiva– mente Salamanca y Alcalá. Las ciudades universitarias por excelencia siem– pre estaban plagadas de jóvenes. Los nuevos religiosos pasaban tres años en conventos detemúnados;Toro fue uno de éstos y se les llamaba: seminarios de nuevos. Otros seminarios de nuevos serían los conventos de Toledo, Segovia, Valladolid, E l Pardo y La Pacie ncia. La tarea primordial de los frailes deToro fue la formación de los nuevos religiosos, además de la predicación y la visita a los enfermos. La villa de Be– cerril de Campos hablaba de los capuchinos en estos términos: "Sus edifi– cios son muy pobres, su sustento muy tenue y moderado; lo más del año se alimentan con la hortaliza de la huerta; el vestido ya se sabe y conoce; son útiles y provechosos a las repúblicas por los continuos sermones... ..; visitan los enfermos, consuélanlos en sus enfe rmedades, aliéntanlos en el último trance, ayudándo les en este paso con ma ravillosos afectos, componen las se-

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