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760 Jl:lSUS-LUC/\S ROORltaJEZ C,/\ IH 1/\ talicio a l Niño Jesús, circundado de ángeles que asombrados contemplaban la escena. E n la fachada de la iglesia estaba la imagen de san Félix, grande y ex– presiva, colocada en una hornacina. Tenía una sencilla torre de espadaña con su campana de reducido ta– maño, como en la mayoría de las iglesias capuchinas. En una de las capillas la terales, a l lado de la Epístola, estaba la cripta, donde eran enterrados los religiosos, con su a ltar correspondiente para po– der decir Misa. En la iglesia había muchísimos cuadros, más de cuarenta. Eran buenas las imágenes de talla de san Francisco, san Antonio y san Félix de Cantali– cio. El convento era también espacioso. Formaba un gran cuadrado con su fuente y aljibe en medio (otra costumbre de los conventos capuchinos). Las celdas eran sencillas y estrechas.Tenía un buen calentador con asien– tos de piedra alrededor. Todavía debe conservarse e l edificio. Poseía una buena biblioteca, cuyo catálogo se nos ha conservado en elAr– chivo General de Simancas; más tarde sería trasladada a la Biblioteca Pro– vincial de Toledo. La re ina Mariana de Austria,madre de Carlos II, dejó para este convento una gran colección de libros: "seiscientos veintiséis tomos".Fue– ron colocados en la librería en julio de 1726. La Reina tenía como confesor al capuchino, P. Gabrie l de Chiusa. No es de extrañar que la Reina hicie ra do– nación de frecuentes limosnas e importantes reliquias a los re.ligiosos. En septiembre de ]7l5 visita a los religiosos el General de la Orden, P. Ragusa, reunidos en e l convento de Cubas junto a los de Toledo y Villanueva dul Cardc te. l~n 1727 visita d P. Gene ral. fr. H artmann de Bressanone al convento de Gsqui vias y a l de ubas donde convocó a los demás religiosos de alrededor. En to rno a 1785, los supe riores proyectarnn tener en Esquivias un Co– legio de Misio ne ros, como e l que ya había en Toro. En la re lació n de conventos que se pidió en 1809 al Vicario General en la Provincia de Castilla, Esquivias cuenta con 15 religiosos. No fue muy afectado este convento por la G uerra de la Independencia, aunque sus religiosos se vieron obligados a vivir fuera ya desde septiembre de 1809. Sin embargo, antes de marzo de 1814 ya se había tomado de nuevo. E l 1 de octubre de 1820, por un decreto se exige q ue los conventos ten– gan más de 24 sacerdotes para que no sean suprimidos. Para salvar el de Na– valmoral, completando el número requerido por la ley expropiatoria, los frai– les de Esquivias y Cubas tendrán que dejar sus casas. Esquivias quedará temporalmente vacío. En 1824, se nombra guardián de Esquivias aunque sólo había uno o dos padres. E l Vicario Provincial e ra e l P. Antoni no de Toro y e l Vicario ,cnc– ral de los capuchinos españoles e l P. Justo ele Madrid.

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