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738 JESÚS-LUCAS RODRÍGUEZ GARCÍA En menos de un siglo, ya se han formado seis provincias capuchinas por este orden: Cataluña, Valencia, Aragón, Castilla, Andalucía y Navarra-Can– tabria. Establecidos los capuchinos en Cataluña, en Valencia y Aragón, vieron la necesidad de tener un convento en la corte. Con tal fin fueron enviados religiosos sucesivamente en los años 1598 y 1605. El camino parecía más abierto al publicar Paulo V la constitución apos– tólica por la que concedía a los capuchinos libertad para fundar en todos los lugares del territorio nacional. Pero no sucedió así debido a la fuerte opo– sición del Duque de Lerma, privado de Felipe III, y de los observantes. Para vencer estas dificultades, aunaron esfuerzos el general Jerónimo de Castel– ferretti , Serafín de Polizzi y Lorenzo de Brindis. Uno de los acuerdos tomados en el capítulo general de 1608 fue preci– sa mente designar un comisario para que trabajase la fundación de Madrid, siendo e legido para tal efecto el P. Serafín de Polizzi ,ministro provincial de Va lencia. La mejor ocasión para poner en marcha el designio se presentó cuando el genera l,Jerónimo de Castelferretti, hizo la visita a España y visitó la Corte ~n mayo de 1609. Preparado el ánimo del rey Felipe III, la diplomacia de Po– lizzi fue allanando dificultades, y finalmente san Lorenzo de Brindis remató el asunto y consiguió la licencia real con ocasión de su visita a Madrid en ca– lidad de embajador pontificio. Como consecuencia el 12 de noviembre de ese mismo año, 1609, se tomó posesión simbólica en el histórico Hospital de los Italianos. El primer convento sería el de San Antonio del Prado (2 de febrero de 1612). A la in– auguración asistieron sesenta franciscanos descalzos y otros tantos obser– vantes. La nueva comunidad estaba formada por religiosos de diferente proce– dencia , principalmente de la Provincia de Valencia, siendo su primer guar– dián el P. Francisco de Villafranca. Pronto se fundan otros conventos en Toledo, Alcalá de Henares, El Pardo. Cuando ya contaban con los cuatro expresados conventos en tierras de Castilla, se presentó la ocasión de extenderse a las de Andalucía. La pri– mera ciudad en abrirles las puertas fue Antequera (1613). En ese mismo año se fundó en Salamanca. Felipe III, llevado de su afecto a los capuchinos, les concedió además per– miso (10 de marzo de 1616) para poder fundar hasta 36 conventos más: doce en Andalucía y veinticuatro en tierras de ambas Castillas, León, Asturias y Ga li cia. Ha ta esa fecha los conventos (cinco en Castilla y do tuvi r n bajo I ob ierno d un ari o Gen ra l. n 1 i a '11 1 r vin i·1. En 'S mi sn a l r,ri11 uintnn ¡ •

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