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111"0111\ 111 111 111 1\ I N l! l\1 \ l'lllllN!l\ lll 1 /\ l'l(()\ IN( I¡\ lll 1 \,\(111'\I)() 1 (11(/\/llN 1)1 ll '"~ 1)1 ('/\STll l /\ HH I El 14 de abril de l año 193 1, se proclamó la República e n Espa ña. Dcsdc e l coro alto que daba a la calle de Panaderas, no se oían más que gri tos y vi vas a la R epública. Y muera el R ey, los curas y los re ligiosos. El cape llá n, 1 Leoncio Barro Lage las tranquilizaba (estuvo con las capuchina · tre in ta dos a ños de cape llán). E l 13 de mayo, la abadesa les dijo a las monjas q ue e n Madrid y e n o tros pue blos, habían quemado iglesias y habían sido expulsados relig iosas y re – ligiosos, q ue estuvieran preparadas po r si e n La Coruña sucedía algo. Por s i te nían que salir, a las 26 que eran las re pa rtieron e n tres grupos, dá ndo les diversas instrucciones. Al poco tiempo, a las once y media de la noche, tiran de la campanilla con una prisa que no podían llegar a tiempo a l torno las mo njas. A l abrirse la puerta, una señora, decía a grandes voces, que no salie ran de há bito. E l ca– pellán, D. Leoncio, vestido con una blusa d ijo: "Salgan Madres, salgan". A los dos lados de la pue rta dos hombres quería n contener a la turba y les de– cían: " No tengan miedo, que no les pasará nada" . Las recibieron en tres casas. Al día siguiente, que e ra la fiesta de la As– censión, e l cape llán les llevó a todas la comunión. Se ma rcharon a lgunas para sus casas con sus famil iares que vinieron a buscarlas. D. Leoncio Lage no cesaba de trabajar por todos los med ios po– sibles para que pudieran volver las monjas a su querido claustro. H abló con e l Ministro de Gobernación y con los amigos de l mismo; hasta fue a Madrid a pedirlo é l mismo a l Ministro. Po r fin , el M inistro les dio permiso para que pud ieran e ntra r después de la injusta ley de Congregaciones. E l 25 de julio de J 933 le llamó po r teléfono e l Ministro a l capellá n, a la vez que daba ór– denes al Gobe rnador pa ra que les diese todas las facilidades, lo que cumplió con toda exactitud, ofreciendo hasta las fuerzas armadas, cosa que no aceptó D. Leoncio para no llamar más la atención. El 27 de julio de 1933, entraron las monjas con todo sigilo, prime ro po r la iglesia a dar gracias al Señor. Hacía más de 27 meses que había n sido ex– pulsadas del monasterio. E n 1969 abando na ron las capuchinas su convento de la calle Pa nade ras, después de 300 años vivie ndo a llí. por la falta de sile ncio para e l trn bajo y para la o ración. Las altas edificacio nes, bordeando e l hue rto, aca baron con su intimidad . La comunidad estuvo de acue rdo e n vende r la propiedad para irse a otra parte, para te ner mayo r ais lamie nto mo nacal. Tambié n se fueron porque les aconsejaron e n la venta ya que te mían un a expropiación forzosa. E l día 11 de julio de 1969, visitó e l a rzobis po a la co munidad de las capuchinas y agradeció mucho la cesió n de la ig lesia In casa a la d iócesis. El 31 de e nero de 1979, se vendió parte de la hue rta a una coor,e ra livn de maestro que deseaban construir a ll í su vivie ndas. El 9 de julio de 1979 -;e compru1on lo,., t •1 renos para hace r e l nuevo convent o.

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